Amigos, el relato de Mateo de hoy es sobre el rechazo a Jesús en Nazaret, donde Cristo se refiere a Sí mismo como un profeta.
En la tradición del Antiguo Testamento, el profeta es un visionario religioso y un comunicador de la verdad. El gran teólogo judío Abraham Joshua Heschel dijo que el profeta es alguien que percibe los sentimientos de Dios y luego habla sobre esa experiencia. El profeta lee el mundo obstinadamente a través de una lente que es la palabra de Dios y habla la verdad divina. Esta misión implica tener oponentes, confrontación y crítica, ya que los guardianes del orden mundano frecuentemente miran a través de otras lentes y escuchan otras palabras.
Pero Jesús es mucho más que un profeta en una larga lista, un comunicador más de la verdad divina, un lector más de la palabra divina. Jesús es el Verbo hecho carne; Él es la Verdad Divina en persona.