Amigos, nuestro Evangelio de Navidad es el Prólogo del Evangelio de Juan. De algún modo es un Evangelio completo, en efecto la Biblia completa en miniatura.
Vayamos al pasaje central: “Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros”. La palabra usada en el idioma griego original para “habitó” es eskenosen, que significa literalmente, “puso su carpa entre nosotros”. Este significado, tiene la intención de traernos a nuestra mente al tabernáculo del templo.
La Palabra convirtiéndose en carne es Dios que viene a habitar definitivamente en este mundo, anulando los efectos del pecado, convirtiéndolo en lo que siempre estuvo destinado a ser. Hay que notar también lo que pasa cuando Dios pone su carpa entre nosotros: “Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.”
Entonces Juan nos está diciendo que Jesús es el nuevo Edén, el nuevo templo, la creación restaurada, la materialización del plan de Dios para este mundo. Y nuestro propósito no es simplemente contemplar este hecho con asombro, sino introducirnos en su poder: “De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia”.