Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús responde preguntas sobre el fin del mundo. ¿Cuándo llegará? ¿Qué sucederá?
¿Por qué los primeros cristianos estaban tan interesados en estas cuestiones? La respuesta más simple y profunda es que ellos habían experimentado el fin del mundo – precisamente con la muerte y resurrección de Jesús.
Jesús vino a predicar el Reino de Dios, y las naciones conspiraron contra Él. El mundo viejo parecía que conquistaba este nuevo mundo que Jesús encarnaba. Pero luego, en la Resurrección, vieron que el mundo viejo – un mundo predicado sobre la muerte, y que había matado a Jesús – ahora estaba derrotado.
Estaban tan asombrados por la Resurrección (y esto se puede ver en cada libro y en cada carta del Nuevo Testamento) que esperaban una inminente llegada de un nuevo estado de cosas, el regreso de Jesús y el establecimiento del Reino de Dios. Aunque Jesús no regresó de inmediato, el mundo viejo había terminado, estaba quebrado, comprometido, y su destrucción ahora era sólo cuestión de tiempo.