Amigos, el pasaje del Evangelio de hoy nos muestra la confianza que un centurión deposita en el Señor Jesús. Confiar es tener esperanza, volver el corazón a Dios. Significa enraizar la vida de uno, y centrar sus preocupaciones en Dios. Y contrariamente, confiar y volver el corazón hacia los seres humanos significa enraizar toda la vida de uno, y centrar las preocupaciones en las cosas de este mundo: en la riqueza, la fama, el poder, el honor o el placer.
¿Cuál es el centro de gravedad en tu vida? ¿Cuál es tu “máxima preocupación”? La Biblia propone consistentemente esto como una decisión clara a tomar. Pensemos en el pasaje del libro de Josué, cuando el mismo Josué pone en la siguiente pregunta al pueblo de Israel: “¿Sirves al Señor o a otros dioses?”
Y Jesús les dice a sus seguidores: “O están conmigo o están en contra de mí”. El Evangelio de hoy nos recuerda que todos debemos responder a esta pregunta con gran honestidad y claridad.
