Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos asegura que el Espíritu Santo nos ayudará cuando seamos perseguidos. Hablando a sus discípulos la noche antes de morir, Jesús dice que Él y su Padre enviarán otro Parakletos (Abogado). Esta palabra, que proviene de kaleo (llamar) y para (por, o en nombre de), designa a alguien similar a un abogado, alguien que suplicará en nombre de otro, alguien que apoyará, abogará, animará.
Jesús nos dice que mientras Él se aleja físicamente de la escena, Su Padre y Él mandarán Su Espíritu como un amigo. Y este será el abogado que inspirará a cristianos a lo largo de todos los tiempos.
Cuando los mártires fueron a la muerte, lo hicieron con la ayuda del Espíritu Santo; cuando los misioneros fueron a proclamar la fe a tierras hostiles, fue el Espíritu Santo quien imploró en nombre de ellos; cuando Edith Stein fue llevada por sus captores a Auschwitz, fue también acompañada del Espíritu Santo. Y ese mismo Espíritu está hoy día, ahora mismo, con nosotros.