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Amigos, el Evangelio de hoy nos presenta nuevamente la imagen de Jesús como pastor que guía las ovejas. 

Qué maravilloso y extraño que el cristianismo no sea un conjunto de ideas. No es una filosofía o una ideología. Es una relación con alguien que tiene voz. Los primeros discípulos tuvieron el privilegio de escuchar la voz del Jesús histórico. Escucharon su tono y textura muy particular. 

Pero también escuchamos su voz, a nuestra manera, especialmente cuando las Escrituras son proclamadas en la Misa. No solo leemos la Biblia; escuchamos la Biblia. También podemos escuchar la voz de Jesús a través de las enseñanzas de los obispos y los Papas. También podemos escuchar la voz de Jesús en nuestra conciencia, lo que John Henry Newman llamó “el Vicario aborigen de Cristo en el alma”. También podemos escuchar la voz de Jesús en los buenos amigos espirituales, en aquellas personas que nos consuelan y nos desafían y siguen llamándonos hacia ideales más elevados y los que nos animan cuando caemos. 

Escuchamos la voz de Jesús porque nos está conduciendo a una vida renovada y transformada con Dios.