Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús dice a la multitud que no recibirán más señales que la señal de Jonás, que era un código profético sobre Su muerte y Resurrección.
Todo lo que Jesús dice y hace, de una forma u otra, es un anticipo de Su Resurrección. El Dios de Israel, el Dios de Jesucristo, es un Dios de vida, y de los vivos. Odia la muerte y los caminos de la muerte.
Odia el pecado, que provoca la muerte espiritual; odia la enfermedad física, que provoca la muerte corporal; odia la corrupción, que provoca la muerte de la sociedad. Y por ello lucha contra todas estas cosas todo el tiempo. Jesús cura los ojos ciegos y los oídos sordos y las extremidades paralizadas; ilumina las mentes oscurecidas; libera las almas encarceladas. Su ministerio es un ministerio de vida, es el triunfo de la vida sobre la muerte.