Amigos, en el Evangelio de hoy conocemos que algunas mujeres acompañaban a Jesús, y ayudaban, a Él y a los Apóstoles, en muchas tareas. Jesús invitó a las mujeres a participar plenamente en la vida del discipulado.
Todas esas mujeres siguieron en un discipulado con entusiasmo a los pies de Jesús. No estoy defendiendo la agenda feminista contemporánea, que a menudo pasa por alto las diferencias reales que existen entre hombres y mujeres.
Pero les encomiendo que vean la radicalidad del llamado de Jesús al discipulado, que deja de lado muchas de las convenciones sociales de su tiempo y el nuestro. Les pido que noten que todos —ricos y pobres, los de adentro y los de afuera, hombres y mujeres— somos convocados al discipulado, y que esta convocatoria es algo muy importante.
Viendo todo esto, ¿podemos considerar a estas discípulas como precursoras de todas las grandes mujeres que han seguido a Jesús a lo largo de los siglos? ¿Podemos verlas como prototipos de Teresa de Ávila, Juana de Arco, Clara de Asís, Teresa de Lisieux, Madre Teresa de Calcuta, Katharine Drexel, Edith Stein y Dorothy Day?