Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús nos dice que Él es el Señor del Sabbat.
Una y otra vez se lo presenta a Jesús transgrediendo el mandamiento sagrado de descansar en el séptimo día. Sus discípulos recogen granos en el Sabbat, y muchas veces realiza curaciones también en ese día, para gran consternación de los protectores de la ley judía.
Cuando se lo cuestiona entonces declara ser Señor del Sabbat (otra afirmación asombrosa para un judío ya que solo a Yahvé se le podía asignar ese título) y aclara que el Sabbat fue hecho para el hombre y no el hombre para el Sabbat.
En resumen, Jesús afirma la prerrogativa divina de relativizar el significado de prácticas relevantes de los judíos piadosos para ponerlas en subordinación al reino de Dios.