Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility

Amigos, el Evangelio de hoy nos muestra la compasión de Jesús por la multitud en el desierto.  

“Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”. 

Este es un punto central en el pueblo de Israel cuando estaban en el desierto, después de la huida de Egipto. Aislados, solos, asustados y sin comida, clamaban a Moisés por algo. Vemos personas que se mueren por falta de alimentos, y un profeta que está bajo amenaza de muerte. Esta multitud alrededor de un Jesús amenazado es una metáfora para la Iglesia. Hemos venido a Él porque tenemos hambre y nos quedamos aun cuando las cosas se vuelven sombrías. 

Esa es la razón por la cual “no quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante”. Dios no ha venido para acabar con aquellos que lo han socavado espiritual y moralmente, sino para estar con ellos en total solidaridad.