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Amigos, en el Evangelio de hoy vemos a Jesús en acción. Estamos leyendo una parte del primer capítulo de Marcos que nos brinda algo así como “un día en la vida” de Jesús. ¡Y qué día! El Evangelio empieza justo después de la dramática expulsión de un demonio en la sinagoga de Cafarnaúm. Después Jesús entra en la casa de Simón Pedro y cura a su suegra. 

Observen que la toma de la mano y la pone de pie para que pueda servirle. ¿Qué nos hace la enfermedad? Nos hace centrarnos en nosotros mismos. Una vez que ella está curada, la suegra de Simón Pedro comienza a servir, a centrarse en el otro. Luego, todo el pueblo acude a verlo. Pasa la noche curando supuestamente cientos de personas con gran variedad de aflicciones.  

Marcos nos presenta a Jesús como un sanador, soter, que significa “portador de salus” o salud.  En Él la divinidad y la humanidad se han unido; en Él la vida y el poder divinos se esparcen. Los deseos más profundos de Dios surgen; lo que Dios planea para nosotros en el Reino por venir se anticipa ahora históricamente.