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Amigos, en el Evangelio de hoy el Señor reza mientras anticipa Su glorificación en la Cruz: “Padre, ha llegado la hora”. La “ hora” es un punto focal de la vida de Jesús. Al comienzo de Su ministerio Jesús rechaza el pedido de Su madre en las bodas de Cana diciendo: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. 

A María se la presenta como la nueva Eva, la nueva representante de la raza humana, con quien Dios busca unión. ¿Pero por qué estas palabras distantes y desagradables? La mejor explicación, a mi entender, es que se trata de un  recurso narrativo que sirve para resaltar la importancia de la “hora” de Jesús, y que muestra la relación entre lo que hace Él en Caná y lo que sucederá en esa hora.

La “hora” es el código del misterio Pascual, el paso de Jesús de la muerte a la vida. En este caso, Dios efectuará un matrimonio perfecto entre Él y la raza humana, ya que entrará en una unión más íntima con nosotros, abrazando incluso la muerte misma y llevándonos a la alcoba nupcial de la vida divina.