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Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús nos dice estar atentos a Su nueva venida. Pero Sus palabras también nos advierten para prepararnos para el día de nuestra venida ante Él en la muerte. Ese día, nuestro mundo terminará. ¿Cómo vamos a afrontar ese día?

La mayoría de nuestros intereses, actividades y entretenimientos están diseñados para evitar esta pregunta. Y es por ello que muchos de los maestros espirituales enfatizan lo importante de abordar este tema. San Benito les decía a sus monjes que tuvieran su propia muerte en sus mentes todos los días. Toda forma de oración está, en cierto sentido, orientada a las cosas eternas.

Seamos personas de oración constante y regular; no permitamos que nuestra relación con el Señor se deteriore. Aprovechemos regularmente el sacramento de la Reconciliación; llevemos nuestros pecados ante Cristo y busquemos Su perdón. No dejemos que los rencores y resentimientos se agraven; mantengamos nuestras relaciones en buen estado. Memento mori; sigamos la tradición espiritual cristiana, y regularmente “recuerda tu muerte”.