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Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús dice: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo”. Se refiere al pan como algo vivo. El pan es algo bueno, pero no está vivo. Por otro lado, cuando lo asimilamos y nuestros cuerpos lo convierten en grasa, músculo o hueso, entonces cobra vida.

Pero esto es todo lo contrario al pan vivo de Cristo. A Él lo asimilamos y cobramos vida de una manera que no éramos antes. Y es por ello que Jesús dice que es Pan bajado del cielo.

¿Qué es el Cielo? San Pablo nos dice: “El ojo no ha visto y el oído no ha oído lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman”. Este comentario contundente de Pablo nos da una pista: “aquellos que lo aman”. Sea lo que fuere, el Cielo es el reino de Dios y, por lo tanto, es un reino de amor. 

¿Qué es la Eucaristía, ese alimento celestial, sino una participación en el amor entre el Padre y el Hijo? En la Eucaristía, el sacrificio de Cristo se hace presente, y el sacrificio de Cristo es la expresión más plena del amor del Padre y del Hijo.