Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility
Mrs. Davis season 1 scene

“Mrs. Davis” y Desconectarse de las Redes

May 23, 2023

Compartir

Mrs. Davis, que se está emitiendo actualmente por la plataforma Peacock, es mi serie favorita. Termina resultando estrafalaria, incluyendo una búsqueda del Santo Grial, un papa prisionero, una travesía dentro de los intestinos de una ballena, una cabeza que explota (no pidan detalles) y una montaña rusa de muertes. La protagonista es una hermana religiosa comprometida que comulga a menudo con Jesús y que logra, más o menos, salvar al mundo. Ahora bien, si miran a Mrs. Davis buscando precisión teológica, se decepcionarán terriblemente (y por favor, no me escriban cartas recordándome qué rara es su teología; lo sé), pero en verdad hay una idea central espiritual de importancia suprema que se plantea en el corazón mismo de la serie y vale la pena atravesar toda esta intensa extravagancia para captarla. Tiene que ver con la idolatría y, más precisamente, con nuestra tendencia a crear ídolos. 

Mrs. Davis - Season 1
Foto por: Colleen Hayes/Peacock

La heroína de la historia es Sor Simone, miembro de una comunidad de monjas que se han propuesto vivir desconectadas de la red, a la manera de los anacoretas o monjes de la antigua Iglesia que huyeron de la sociedad civil corrupta de su tiempo. La red en cuestión es Mrs. Davis, que no es una persona sino que es un algoritmo de internet masivo y poderoso, una inteligencia artificial que básicamente conoce todo lo que puede ser conocido y que puede mandar y manipular a los seres humanos a voluntad. Mrs. Davis es tan dominante y tan utilizada que prácticamente toda la raza humana ha sucumbido bajo su influencia, aceptando agradecidamente su invitación, y, con afecto infantil, se refieren a ella, dependiendo el país, como mamá, mum, madonna y mother. Tiene la mayoría de las características que uno asociaría clásicamente con Dios —omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia virtuales, incluso la capacidad de guía providencial— y por lo tanto no sorprende que casi todos la reverencien.   

Pero Simone ha intuido que Mrs. Davis, de hecho, le roba su independencia a la gente, les absorbe su energía y creatividad, los controla despiadadamente y, finalmente, prescinde de ellos cuando no sirven más a su propósito. Ha logrado advertir, para decirlo lisa y llanamente, que el algoritmo es un ídolo, un simulacro patético del verdadero Dios, algo que hemos creado y que ha llegado, como el monstruo de Frankenstein, a aterrorizarnos. Ella vive entonces feliz con su comunidad rural, aventurándose al mundo sólo para salvar a víctimas desgraciadas de las maquinaciones de Mrs. Davis. Cuando sus colegas le expresan su desacuerdo a que la monja se enfrente a “ella”, la bondadosa madre Sor Simone replica sombríamente, “No es ella, es eso”.

Sr. Simone walking forward in season 1
Foto por: Sophie Kohler/PEACOCK

En el centro del drama está la misión de Sor Simone de destruir a Mrs. Davis, de apagarla, y de liberar a la gente. Aquí es donde aparecen el Santo Grial, el papa encarcelado y la ballena, pero dejaré que vean la serie para entender cómo. Uno de mis momentos favoritos de la aventura es cuando Sor Simone localiza a la mujer que inventó a Mrs. Davis. Era una programadora de computadoras que estaba lanzando un nuevo sistema de avisos publicitarios para Buffalo Wild Wings, convencida de que su algoritmo no solo incrementaría sus ventas sino que revolucionaría al mundo. Fue precisamente esta especie de soberbia, descubierta por Sor Simone, la que hizo posible la eventual tiranía de Mrs. Davis. Una vez más, los ídolos que construimos se vuelven inevitablemente contra nosotros.     

Podrán estar pensando ahora: Bueno, pero ¿no es esto un poco exagerado? Después de todo, cada avance tecnológico —electricidad, películas, teléfonos, televisión, computadoras— hizo que algunas personas especularan que la civilización estaba bajo amenaza. Acaso no son lo mismo, sustancialmente, la internet y la IA —simplemente herramientas que nos ayudarán a vivir más confortablemente y a lograr nuestros fines más eficientemente? Tal vez. Pero creo que Mrs. Davis es una advertencia profética de que algo cualitativamente diferente está en juego cuando hablamos de inteligencia artificial y la generalización de internet. Porque un estudio tras otro ha revelado que los algoritmos de las redes sociales están, de infinidad de maneras y de modos en gran medida desconocidos para nosotros, manipulándonos, haciéndonos pensar y desear de una forma tal que fomentamos los intereses políticos y económicos de otros. En una palabra, no los estamos utilizando; nos están utilizando. Y su alcance está tan expandido que, antes que lo sepamos, podríamos encontrarnos bajo su servidumbre. Al menos parece que Mrs. Davis nos quiere advertir de esto.   

Hermit in the Desert

Cuando los monjes y ermitaños de la antigüedad tardía se fueron a las montañas, escapando de la agonizante civilización romana, gente respetable pensó que se habían vuelto locos. La mayoría de los habitantes del universo de Mrs. Davis siente lo mismo con Sor Simone y su comunidad: ¿Por qué alguien querría operar fuera del ámbito de una fuerza tan benevolente? 

¿Podría sugerirles algo? Echen un vistazo a su teléfono y descubran cuánto tiempo han pasado frente a la pantalla la semana pasada, y luego pregúntense honestamente cuánto de su pensamiento y su conducta estuvieron determinados por esa pequeña máquina. A continuación, comparen cuánto tiempo pasaron implorando a la internet y cuánto tiempo pasaron rezando a Dios. Si las respuestas son alarmantes —tal como pienso serán para la mayoría de nosotros—pregúntense si no será tiempo de pensar seriamente en desconectarse de las redes.