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Amigos, el Evangelio de hoy nos habla sobre amar a nuestros enemigos para que podamos ser como el Padre. ¿Y cómo es el Padre de Jesucristo? Escuchen: “Hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos”.

En todos los casos, su gracia siempre viene primero, y gracia es todo lo que tiene para dar. Esta es la razón por la cual la comparación con el sol y la lluvia es tan adecuada. El sol no pregunta antes de brillar quién merece su calidez o su luz. Él simplemente brilla, y tanto los buenos como los malos reciben su luz y calidez. Tampoco la lluvia consulta acerca de la rectitud moral de aquellos a los cuales riega con generosidad y da vida. Simplemente se derrama —y tanto el justo como el injusto la reciben.