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Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos da la seguridad de una oración que es contestada: “Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, Él se lo concederá en mi Nombre”.

Ahora, si Dios no cambia, ¿de qué sirve pedirle algo? Y si Dios es omnisciente, ¿de qué sirve decirle lo que necesitas? El mismo Jesús que nos dijo que pidamos y nuevamente pidamos, también nos dijo que Dios “sabe lo que necesitas antes de preguntarle”.

Una forma de aclarar este problema es recordar aquella metáfora bíblica maestra que se refiere a Dios como un padre. Los padres escuchan constantemente las peticiones de sus hijos, solicitudes persistentes, algunas buenas y otras bastante malas; y padres decentes saben lo que sus hijos necesitan mucho antes que les pidan.

Dios realmente sabe todo acerca de todo y, obviamente, es consciente de lo que necesitamos antes que le pedimos; sin embargo, como buen padre, se deleita en escuchar nuestras solicitudes y, como buen padre, no siempre responde de la manera que nos gustaría que lo haga.