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Amigos, en el pasaje del Evangelio de hoy Jesús habla acerca del momento en que se cumplirá el plan de Dios. Algunas filosofías defienden la versión circular o cíclica del tiempo. Mantienen que el tiempo está simplemente dando vueltas continuamente sobre sí mismo, repitiéndose como los ciclos de las estaciones del año. El filósofo moderno Nietzsche habló del “eterno retorno de lo mismo”. Esta es una conciencia mítica, y podemos encontrarla en todo el mundo.

Pero los judíos tenían un sentido del tiempo muy diferente, lo que podríamos llamar “lineal”. Consideraban que el tiempo se movía hacia algún lado, que tenía, bajo la dirección de Dios, un propósito. El pasado no estaba simplemente allí para ser repetido sin cesar; más bien, el pasado era una preparación para un futuro definitivo. Era una anticipación de aquello que Dios haría, lo que Dios iba a conseguir.

El Señor nos asegura que el reino de Dios está cerca y debemos prepararnos para su venida.