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Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos habla sobre cómo manejar la persecución. ¿Cuándo es que la Iglesia dejará de ser perseguida? Sólo cuando el Señor regrese, no antes. 

Desde los primeros días hasta el presente, la comunidad de Jesucristo ha sido objeto de violencia en el mundo. La Iglesia siempre anunciará, hasta el fin de los tiempos, que el viejo mundo ha pasado y un nuevo mundo de amor, vida, y no violencia está surgiendo. Este anuncio siempre ha enfurecido al mundo del pecado. Siempre. El siglo veinte ha sido el más sangriento—y el que ha tenido mayor cantidad de mártires.

Pero aquí están las palabras de ánimo de Jesús: “Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir”.

Mientras tanto, ¿qué debemos hacer? Mantengamos el desapego a lo mundano, pues esto pasará, fijemos nuestros ojos en el mundo que no pasará. Y hablemos. Confiadamente, cándidamente, provocativamente. El mensaje es el Evangelio; la muerte y resurrección del Señor.