Amigos, el Evangelio de hoy nos habla sobre la muerte de Juan el Bautista. Herodes había arrestado a Juan, a quien Jesús había buscado para ser bautizado. Herodes lo condena a morir. El arresto y la muerte de Juan el Bautista fueron señales con relación a Jesús.
Inmediatamente después del arresto, Jesús se retira a Galilea, y ahí comienza Su propio ministerio de predicación y sanaciones. ¿Están estos dos eventos relacionados por simple coincidencia? Difícilmente. Para Jesús el arresto de Juan fue un signo en base al cual Él ahora debía iniciar el trabajo.
Debemos recordar que Jesús, como cualquier judío de esa época, habría visto al mundo a través de las Sagradas Escrituras. Ellas representaban un marco interpretativo de todas las cosas. Era un lugar común para los profetas, y en los Salmos, y partes de la Torá, se mencionaba que el Mesías estaría precedido por un tiempo de tribulación, en el cual los oponentes a Dios se alzarían para contrarrestar sus propósitos.
Jesús vio esto cuando Juan fue arrestado. Esta gran figura, profeta de Israel, había sido apresada y eventualmente asesinada por los enemigos de Dios; y lo tomó como una señal para que Su propio trabajo Mesiánico comience.