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Amigos, en el Evangelio de hoy la madre de Santiago y Juan pide a Jesús altos puestos en el Reino para ellos. Escuchamos la voz de la ambición. Hay algunas personas que no les importa el dinero o el poder o el placer – pero si buscan apasionadamente el honor. Muchas personas pueden identificarse con Santiago y Juan. Quieren llegar a ciertos lugares, quieren llegar a ser personas influyentes en la sociedad. Quizás un gran número de quienes lean esta reflexión estén llenos de estas pasiones.

Pero Jesús les da vuelta el pedido diciendo: “Ustedes no saben lo que están pidiendo”. Él es ciertamente el Rey y reinará sobre Israel, pero Su corona será hecha de espinas y Su trono será un instrumento de tortura romano.

Entonces Él trata de clarificar: “¿Pueden beber el cáliz que Yo beberé o ser bautizados con el bautismo con el que he sido bautizado?” La llave para recibir honor en el Reino de Dios es beber el cáliz del sufrimiento, la voluntad de sufrir por amor, el dar la vida como regalo. Vean la vida de los santos. No se trata de agrandar el ego sino más bien de vaciarlo.