Amigos, el Evangelio de hoy nos presenta el Sermón de la Montaña, en donde el Señor nos exhorta a la no resistencia al mal. Martin Luther King Jr. fue profundamente influenciado por la no violencia de Mahatma Gandhi, y a su vez Gandhi lo aprendió, en gran parte, del Sermón de la Montaña.
Tanto Gandhi como King apreciaron que el texto sobre la no resistencia al mal no tiene nada que ver con pasividad frente a la injusticia, sino más bien con un nuevo y distintivo tipo de resistencia.
Consideren la instrucción del Señor: “Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra”. Me doy cuenta de que esto suena como mera pasividad, huir del mal, pero en verdad es todo lo contrario. En el tiempo de Jesús no se usaba la mano izquierda para ningún tipo de interacción social pues se consideraba impura. Por lo tanto, golpear a alguien en la mejilla derecha es golpearlo con el dorso de la mano, de la forma que un maestro podría haber tratado a un esclavo.
Al poner la otra mejilla uno no contraataca ni huye, sino que se mantiene firme y declara: “No volverás a tratarme de esa manera”. Por lo tanto, efectivamente muestra al agresor su agresión. Es una declaración por la cual una persona agredida se niega a cooperar con el mundo del agresor.