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Amigos, el Evangelio de hoy nos dice que el Hijo de Dios no fracciona el don del Espíritu. En la catedral de Chartres, la figura de Jesús está rodeada por siete palomas, que simbolizan los siete dones del Espíritu Santo: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad y temor del Señor. El Mesías tiene plenamente todos los poderes y energías del Espíritu de Dios. 

Estos siete dones han jugado un papel destacado en nuestra tradición; aparecen en teólogos tan diversos como San Gregorio el Magno, San Agustín y Santo Tomás de Aquino. Estos dones son signos de que el cristiano está participando en Jesucristo. Al sostener esta imagen, por lo tanto, la Iglesia nos pide que meditemos en las personas que estamos llamados a ser: partícipes en Jesús. 

¿Cómo se obtienen estos dones? Realmente no podemos ganarlos o abrirnos un camino hacia ellos. Vienen de Jesucristo y, por tanto, de nuestra proximidad a Él a través de la Iglesia y los sacramentos. Mientras aguardamos con gozosa esperanza la venida del Señor, oremos por estar en conformidad con Él, lo cual consiste en los siete dones del Espíritu Santo.