Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús expulsa un demonio de un niño sordomudo y lo cura.
El relato muestra el rol de la fe en la sanación divina. Jesús describe a los discípulos que no pudieron sanar al niño como una “generación incrédula”. Y cuando el padre del niño le pregunta a Jesús si puede sanar a su hijo, Él dice: “Todo es posible para el que cree”. Luego expulsa al espíritu sordomudo y cura al niño.
Tenemos un Dios aventurero, y la fe es la respuesta adecuada a ese Dios. No pienses tanto en la fe primero en forma de proposición —las cosas en las que creo— sino más bien de forma psicológica o espiritual. La fe es una actitud de confianza en Dios, quien siempre nos ofrece nuevas posibilidades. Cuando nuestras vidas y corazones están alineados al Dios que crea el universo, cuando nuestras voluntades están orientadas de acuerdo con Sus propósitos, nos convertimos en conductos de un poder enorme.