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Amigos, el Evangelio de hoy nos habla sobre la resurrección de la hija de Jairo. 

Jesús continúa criticando la muerte, reprendiendo a la gente por los ostentosos gemidos y luto. Está impaciente con la cultura de la muerte, todo lo que se ha desarrollado en torno a la supuesta finalidad de la muerte. Y es por ello que dice: “La niña no está muerta, sino que duerme”. Relativizar la muerte: eso es lo que está haciendo Jesús. 

Cuando llega la noticia de que la niña había muerto surge entonces la sugerencia de que Jesús no debería preocuparse más. Pero Jesús le dice al líder de la sinagoga: “No temas, basta que creas”. 

Esto, en pocas palabras, es el Evangelio: es una pasión por lo imposible, una firme creencia de que el reino de la muerte ha terminado. La fe reemplaza al miedo. Talitha koum (“niña, yo te lo ordeno, levántate”) es un recordatorio de la centralidad absoluta de la resurrección. Dios es Señor y dador de vida, y en consecuencia lucha contra las fuerzas de la muerte que nos atormentan.