Amigos, en este Cuarto Domingo de Pascua, tenemos esta maravillosa lectura, corta pero muy contundente, del Evangelio de Juan: Jesús refiriéndose a sí mismo como el buen pastor. Esta es una metáfora muy adecuada para la manera en que Dios se comunica con nosotros —nos conoce personalmente— y cómo somos capaces de discernir y seguir su voz. Pero, ¿cómo escuchamos la voz del pastor? De muchas formas —pero me pregunto si la más clara no es a través de la conciencia, que John Henry Newman llamó el Vicario aborigen de Cristo en el alma.
Comienza a tipear para buscar en todo el contenido de Word on Fire.