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Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús sana a una mujer que había estado lisiada durante dieciocho años. ¿Podemos ver el poder que fluye de la fe de modos obvios y espectaculares?

En el mismo Jesús, por supuesto, y a través de tantos santos en la tradición, vemos el poder de la fe manifestado en curaciones. Es como si un cristiano se convirtiera en un conducto del poder divino, como si el poder de Dios, que crea y sostiene el cosmos, fluyera a través de la persona de fe para así sanar.También podemos haber experimentado una curación espiritual del alma. Su fuente es la energía, el poder, el Espíritu, un nuevo ser, que aparece en, y a través de, Jesucristo. Curamos el alma al traer al Salvator, el sanador, quien en Su Persona reconcilió a Dios con nosotros, y que abrió las almas al poder divino. ¿Dónde está disponible este nuevo ser? En la Escritura, la liturgia y los sacramentos.