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Amigos, el Evangelio de hoy presenta a Jesús como el nuevo Moisés dando el Sermón de la Montaña. 

En el Antiguo Testamento, encontramos a Moisés, el gran maestro, que sube una montaña para recibir la Ley y luego se sienta a enseñarla. Del mismo modo, Jesús sube una montaña y se sienta a enseñar. Sin embargo, Jesús no está recibiendo una ley sino que Él la está brindando. Durante Su sermón dice: “Ustedes han oído que se dijo . . . Pero Yo les digo . . . ” Esto revela que Jesús tiene autoridad incluso sobre la Torá misma.  

La ley no está siendo derogada sino que se intensifica, elevándola a un nuevo tono. Jesús dice que no socavaría la Ley ni los profetas sino que los cumpliría. 

Por ejemplo, Jesús enseña: “Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás’, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero Yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal”. Para ser como Dios por completo, obviamente, tenemos que eliminar acciones crueles y odiosas. Pero tenemos que ir más profundo, eliminando también los pensamientos y actitudes crueles y odiosas, porque Dios es amor siempre y en todo momento.