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Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús alaba al administrador que engaña a su amo. Ahora bien, ¿qué debemos pensar de esto? Parece muy extraño, especialmente en el Evangelio de Lucas, donde Jesús ha estado enseñando un mensaje radical de desapego a los bienes terrenales. Pero aquí está dando una aprobación a un hombre que se aferra a la riqueza de manera inmoral. Entonces, ¿qué está pasando? 

Jesús quiere que veamos que este administrador analiza detenidamente su situación y decide hacer algo al respecto. Ahora, el Señor no nos está diciendo que imitemos su inmoralidad. Pero admira su determinación. Conoce sus propias debilidades, evalúa a sí mismo con honestidad y luego decide actuar. 

El Señor cuenta esta parábola para instarnos a examinar cuidadosamente nuestra condición espiritual. Su deseo es que elijamos renovar nuestra relación con Él. Quiere que hagamos un balance de nuestras debilidades y tomemos una resolución firme para adquirir las fortalezas necesarias para solucionarlas. 

Si tu vida de oración es débil, actúa para darle nueva vida. Si no has estado en adoración ferviente en la Misa, decide participar más plenamente. Si tienes una relación rota, debes repararla. Y así en más. Decide ya, y actúa.