Amigos, el Evangelio de hoy es la conclusión del Sermón de la Llanura.
Jesús dice: “Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la creciente, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida”.
Esto es algo central: si estás enraizado en Dios, entonces puedes resistir cualquier cosa, precisamente porque estás vinculado a el Poder que crea el cosmos. Serás bendecido profundamente y nada podrá finalmente afectarte.
Pero el que no toma en serio las palabras de Jesús “es como un hombre que construye una casa sobre un suelo sin cimientos. Cuando el río crece, inmediatamente caerá y será grande la ruina”.
Cuando lleguen las pruebas inevitables, la vida basada en placer, dinero, poder o fama cederá el paso. Entonces, la pregunta es simple: ¿Dónde te encontrarás? ¿A dónde va tu corazón? ¿Sobre qué, precisamente, has construido toda tu vida?