Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility

Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús nos explica que habla en parábolas para desconcertar a las multitudes que “miran, pero no ven y oyen pero no escuchan ni entienden”. Las parábolas de Jesús son a menudo ejercicios cuyo propósito es desconcertar y confundir al oyente, anulando sus expectativas y alterando las convicciones teológicas.

Dios es justo, pero a la luz de la parábola del dueño de la viña, uno se da cuenta que la noción ordinaria de justicia solo indica vagamente cómo es la justicia divina. Dios es compasivo, pero después de escuchar la historia del hijo pródigo, uno sabe que la compasión divina supera infinitamente al más radical amor humano.

¿Pero por qué el Dios bíblico es tan evasivo? Porque Él ha traído a la existencia todo el universo finito. Dios debe ser otro de manera que trascienda todos y cada uno de los modos descubribles dentro de la creación.