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doctors and nurses standing looking at patient in operating room

Diagnósticos Prenatales: Atrapados Entre el Horror y la Esperanza

October 5, 2023

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Muchos años atrás, alguien que trabaja en favor del síndrome de Down en el orden internacional me contó una historia espantosa. Una mujer en un pueblo africano había dado a luz a un niño con síndrome de Down y fue a visitar al curandero local en busca de consejo. Se le indicó que colocara al bebé a la orilla del río al atardecer. Si volvía al día siguiente y el niño estaba vivo, era efectivamente un niño humano. Si al regresar el niño no estaba, se habría revertido a su forma verdadera como serpiente y se habría escurrido del lugar. No hace falta aclarar que en la mañana el niño no estaba.

Recordé esta historia cuando el Padre Steven Grunow, el CEO de Word on Fire, compartió recientemente conmigo y otras personas del equipo, un artículo de First Things. El mismo, escrito por Louise Perry, estaba titulado “Nos estamos Repaganizando”, y reflexionaba sobre las consecuencias de la pérdida de la cultura Cristiana en Occidente —en concreto sobre la expansión del diagnóstico prenatal que resulta en el aborto de niños no deseados y la creciente ofensiva por el infanticidio.

Muchos no están enterados de las prácticas paganas más salvajes que eran comunes en el Imperio Romano. Las historias de los “juegos” en que participaban los gladiadores y los Cristianos siendo arrojados a los leones son bien conocidas. Incluso hacemos películas sobre eso para entretenimiento. Existen historias menos consideradas sobre bebés no deseados que eran desechados, lanzados ladera abajo o dejados al costado del camino para que murieran. Tal vez estas historias sean parte de nuestro muy horrible pasado como para ser comentadas. La venida de Cristo y la respuesta determinante de los Apóstoles a su Mandato Apostólico Universal terminaron con estas horribles prácticas y también muchos otros ataques paganos a la dignidad humana.

Los Bárbaros y sus prácticas paganas han evolucionado, no desaparecido.

Si bien el infanticidio no es legal todavía en los Estados Unidos, sabemos anecdóticamente que sucede en silencio. Alrededor de quince años atrás, cuando un amigo mío y su esposa que vivían en el área de Houston tuvieron un hijo con síndrome de Down, el doctor les ofreció “hacerse cargo del problema” por ellos. Le dijeron a él y a su esposa que podían dejar el hospital y olvidarse para siempre del nacimiento. Una versión más sofisticada, se me ocurre, que la solución de los romanos pero no menos horrorosa. Por supuesto, mis amigos llevaron a su hijo a casa y lo han amado sinceramente desde entonces.

Ya sea que usen batas blancas o togas romanas, los bárbaros y sus prácticas paganas han evolucionado, no desaparecido. Nuestra cultura avanzada y sofisticada médicamente ha esterilizado en cierta manera estas prácticas y las ha hecho culturalmente aceptables —para algunos, incluso celebradas. La diferencia entre el mundo antiguo y el actual es que los padres no tienen que esperar al nacimiento para decidir que no quieren a su hijo. Pueden descubrir tan temprano como en la semana onceava de gestación que el niño podría tener síndrome de Down o un pequeño grupo de otras anomalías genéticas.

Las tecnologías de exámenes prenatales han abierto la Caja de Pandora. Para utilizarlos con prudencia, existen tres puntos críticos a considerar:

¿Cuál es el propósito de realizar el procedimiento?
¿Cómo se verbaliza la confianza del estudio con la pareja (esto es, son informados completamente respecto a los riesgos y la eficacia del estudio antes de su consentimiento)?
¿Cómo entrega el resultado el doctor o terapeuta genético a los padres?

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) ha escrito un documento, actualmente en su sexta edición, llamado Directivas Éticas y Religiosas para los Servicios de Atención de la Salud Católicos. Es el documento guía para todo el servicio de salud Católico en los Estados Unidos. Los obispos reconocen que los exámenes prenatales pueden tener un propósito beneficioso al proveer “información para guiar el cuidado preventivo de la madre o el cuidado pre o postnatal del niño”. Sin embargo, los obispos afirman claramente que “el diagnóstico prenatal no está permitido cuando se lo realiza con la intención de abortar un niño no nacido con un defecto serio”.

A todas las mujeres embarazadas se les expondrá la sugerencia de realizarse un chequeo prenatal. El Colegio Norteamérica de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists – ACOG) recomienda que “se debería comentar y ofrecer a todas las pacientes embarazadas un examen prenatal genético sin considerar la edad ni el riesgo de anomalías cromosómicas.” Por supuesto, las mujeres pueden rechazar la recomendación si lo desean.

Lo primero que tienen que comprender los padres es que una prueba que filtra anomalías no es un diagnóstico. La forma más común de testeo prenatal es el llamado NIPT, test prenatal no invasivo, también llamado test de ADN fetal libre en sangre. Estos testeos estuvieron disponibles en Estados Unidos en 2011 y pueden ser utilizados desde la semana once de embarazo. Cuando estos testeos llegaron al mercado estadounidense fueron saludados como revolucionarios. El marketing prometía que con estas sencillas muestras de la sangre de la madre, los testeos tendrían una efectividad de entre el 97% y el 99% para identificar la trisomía 21, o síndrome de Down, y otras pocas anomalías genéticas como la trisomía 13 y la trisomía 18.  

Inconvenientemente, estas estadísticas son engañosas. Están basadas en la sensibilidad del test y no indican la probabilidad de que una mujer esté realmente llevando un niño con un cromosoma extra. Además, existe una entre cinco posibilidades de que el resultado del test genere un falso positivo –y también pueden generar un falso negativo (vean la excelente explicación de Mark Leach respecto a la precisión de estos test). Estos datos deberían ser parte del proceso de información a las madres de lo que estos test ofrecen antes de que den el consentimiento para los mismos. Existe una diferencia crítica entre probabilidad y certeza. Todo lo que estos test pueden brindar es una probabilidad de que el niño pudiera tener una discapacidad. 

Entonces, ¿qué tan lejos hemos llegado desde la Antigua Roma?

Un factor crítico para las parejas que reciben un examen/diagnóstico prenatal inesperado es cómo les son entregados los resultados por el personal médico. Se publicó recientemente un artículo en el Disability and Health Journal titulado “El Impacto de los Sesgos Implícitos e Explícitos sobre las Experiencias de los Padres y la Información Provista durante las Evaluaciones y Testeos Prenatales”. Un largo título que desarrolla lo que sugiere —la cantidad de sesgos en la información de los resultados de los testeos prenatales por parte de los médicos. 

Los autores, que son investigadores del Instituto del Desarrollo Humano en la Universidad de Kentucky, observaron que los doctores eran más propensos a conversar sobre los problemas médicos y “opciones reproductivas” (léase “aborto”) más que sobre los resultados psicológicos, apoyo y servicios. Los que respondieron a la encuesta reportaron que el 61,3% de los doctores que entregaron los diagnósticos como malas noticias o que dijeron “Lo siento” estaban/fueron “significativamente menos propensos que sus contrapartes a proveer información sobre consecuencias en la visa, apoyos y servicios, recursos específicos para la condición, o cuidados más amplios para el cuidado prenatal”. Ese porcentaje está muy alineado con los resultados de la encuesta de 1995 de miembros de la ACOG en la cual el 63% de los miembros que respondieron dijeron que creían que el aborto era una “opción de tratamiento” justificable para las anomalías del feto compatibles con la vida. El 90% opinó que el aborto era apropiado si el diagnóstico era incompatible con la vida.

Entonces, ¿qué tan lejos hemos llegado desde la Antigua Roma? Diría que probablemente matando muchos más bebés ahora que entonces –incluso considerando el crecimiento de la población.

¿Qué debería hacer los Católicos en el caso de los exámenes prenatales? Por favor no piensen que estoy dando una recomendación en contra de ellos si se los realiza por las razones correctas. Es una cuestión de conciencia de cada pareja. Sin embargo, las parejas deberían prepararse conociendo el test que se recomienda para ellos y no alarmarse por los resultados. Los falsos positivos son frecuentes. Si el examen es confirmado por un diagnóstico verdadero, estén preparados para lo que podrían escuchar. Las estadísticas dicen que los paganos modernos probablemente ofrecerán liberarlos de su “carga”.

Para finalizar con una historia positiva, cerraré con otra proveniente de África que me la compartió un colega y Director Sénior del Instituto Word on Fire, Matt Petrusek. Un exalumno adulto suyo de Nigeria le contó que la costumbre de su tribu era matar a cada grupo de gemelos al nacer dejándolos en la jungla porque dar a luz a dos bebés al mismo tiempo era considerado una maldición. De manera extraña, los aldeanos no encontraban nunca restos de los cuerpos de los bebés. Se pensaba que los animales de la jungla consumían completamente los cuerpos al caer la noche. Sin embargo, ella descubrió más tarde, luego de mudarse fuera de la aldea, que una anciana excéntrica que vivía por las suyas en las afueras de la aldea –la “loca del pueblo” que evitaba el contacto con los demás—esperaba hasta la noche cada vez que los mellizos eran abandonados en la jungla, los recogía, y los llevaba en la oscuridad a diez millas de allí al orfanato Católico más cercano. Dejaba a los bebes con las hermanas y regresaba inmediatamente. No tenía ninguna educación formal. Ya que no habían llegado misioneros a esa aldea hasta aquel momento, tampoco nunca había sido catequizada. Sin embargo, poniendo en grave riesgo su vida (los aldeanos la hubieran ejecutado si la descubrían) y sin recibir paga alguna, elegía aún salvar a los niños.   

Sí, Louise Perry tiene razón, nos estamos repaganizando. Los paganos modernos pensarán que estamos locos por defender la vida, pero Matt agregó su propia conclusión al final de la historia: “¡El Paganismo nunca podrá extinguir el Logos, por más duro que lo intente!”. Y ese es en verdad el final de la historia.