Amigos, en nuestra segunda lectura de hoy, San Pablo dice “Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor”. De muchas maneras en esta afirmación se resume toda la Biblia, toda la revelación. Sin embargo, todo en nuestra cultura milita contra esto: todo trata sobre tú vida, tú elección, encontrar tú voz, afirmar tus prerrogativas. Cuando vivimos en este pequeño mundo, quedamos atascados en una especie de adolescencia permanente; cuando vivimos para el Señor, nos adentramos en la aventura de ser verdaderamente humanos.
Comienza a tipear para buscar en todo el contenido de Word on Fire.