Amigos, el domingo de la Santísima Trinidad ha sido llamado “la pesadilla de los predicadores”. Pero, aunque la Trinidad continúa siendo el misterio supremo, Tomás de Aquino utilizó un principio básico que nos ayuda a aproximarnos a ella: los seres, a todos los niveles, tienden a hacer imágenes de sí mismos. Cuanto más te eleves en la jerarquía de los seres, este principio se volverá más interior y más perfecto.
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