Amigos, las lecturas de este fin de semana son duras. Este es el principio detrás de ellas, y es sencillo de enunciar, pero es difícil de asimilar: en un mundo que ha ido mal, aquellos que vengan a decirnos y a encarnar la verdad van a recibir oposición. En nuestra primera lectura de Jeremías y en el mensaje duro y desafiante de Jesús en el Evangelio, encontramos esa característica disruptiva, abrasadora y purificadora de la religión auténtica.
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