Amigos, hemos tenido el privilegio de leer del Sermón de la Montaña, donde Jesús mismo desarrolla esta enseñanza básica. Hoy encontramos a Jesús como el nuevo Moisés. Como Moisés, él sube una montaña y recibe y luego da una nueva Ley. Pero Jesús intensifica la Ley de Moisés; él desea que su poder correctivo llegue más allá del mero nivel de la conducta y que descienda al nivel del corazón. No estamos llamados a la mediocridad espiritual; ¡estamos llamados a ser santos!
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